martes, 6 de enero de 2009

-->>Movimiento de piezas en la Centroizquierda...

Una discusión camino a las urnas
Por Fernando Cibeira

Martín Sabbatella y Pino Solanas ya saltaron al ruedo como candidatos. Eso precipitó una controversia sobre el liderazgo del espacio. También hay diferencias en cuanto al modo de posicionarse frente al gobierno kirchnerista.

Con encuentros de fin de año que se parecieron mucho a lanzamientos de candidatura, Pino Solanas –en Capital– y Martín Sabbatella –en provincia de Buenos Aires– picaron en punta como eventuales cabeza de lista de diputados del espacio de centroizquierda para 2009. La determinación ya generó algunos titubeos entre sus posibles aliados, en un marco donde se discute al centímetro el nivel de distancia que deben mantener con el gobierno kirchnerista. Otro punto incómodo es el del liderazgo del espacio, al que buscan presentar, otra vez, como el nacimiento de una “tercera fuerza” que sea alternativa a los reconstituidos PJ y UCR.

Aunque algunos invitados coincidieron, la cena de fin de año de Sabbatella y el brindis de Solanas mostraron las diferencias que hoy por hoy exhibe cada propuesta. “Una fuerza que acompaña lo que está bien, critica lo que está mal y pelea por lo que falta”, definió el intendente de Morón a su partido Encuentro por la Democracia y la Equidad en la reunión realizada en San Martín a la que asistieron como invitados, entre muchos otros, dirigentes kirchneristas como el legislador porteño Juan Cabandié y el embajador Oscar Laborde.

A diferencia de lo que sucede en la Ciudad de Buenos Aires, Sabbatella no tiene en el horizonte bonaerense otros postulantes que aspiren a presentar una lista de diputados que divida al electorado de centroizquierda. Para el armado aún se encuentra en la etapa de conversación con la CTA –tanto en la línea de Hugo Yasky como la de Víctor De Gennaro–, con los ahora ex oficialistas de Libres del Sur que encabeza Jorge “Huevo” Ceballos –quien aspira a un lugar en la boleta–, con los socialistas K de Oscar González y Ariel Basteiro –si es que no terminan formando parte de las listas del oficialismo– y el partido SI de Eduardo Macaluse y Carlos Raimundi –este último también con intenciones de candidatearse–.

Justamente, en el SI vieron la postal de la cena de fin de año de Sabbatella como demasiado kirchnerista para su paladar, formateado en la oposición al Gobierno por más que hayan acompañado algunos de sus últimos proyectos legislativos. Con mayoría de integrantes que pasaron por las experiencias del Frepaso y del ARI, en el SI no quieren repetir los sinsabores que le depararon las conducciones unipersonales de Carlos “Chacho” Alvarez y Elisa Carrió. Por eso aclaran que no tiene que haber liderazgos en este nuevo espacio, en una referencia tácita al intendente de Morón. “Tenemos que trabajar todos en un mismo nivel, sin que nadie se muestre por encima del otro”, explican en el SI sus condiciones para sumarse a este armado o a cualquier otro.

Mientras, Sabbatella insiste en la necesidad de “trabajar en la unidad del espacio de centroizquierda” pero también generando una propuesta que “enamore” a la gente. En ese sentido, entiende que muchas iniciativas del Gobierno –sobre todo las que tienen que ver con el revalorización del rol del Estado y de lo público– van en sentido correcto. Sostiene que ese es “el piso” que consiguió el kirchnerismo y que ahora “hay que ir por más”. “La estructura del PJ los limita”, analiza.

Cuestión Capital

En la ciudad de Buenos Aires la situación es diferente. Con la amenaza de enfrentarse a candidaturas “tanque” como la de Carrió y la de Gabriela Michetti, la porción del electorado disponible se reduce. Peor todavía sería el panorama con dos o más listas que atomicen la oferta de centroizquierda. La conclusión por la unidad del espacio resulta obvia, pero las posiciones parecen muy difíciles de conciliar.

En el brindis de Solanas hubo representantes de los mismos sectores que conversan con Sabbatella, como la CTA, el SI y Libres del Sur junto a otros dirigentes como Miguel Bonasso y Mario Cafiero. El cineasta descree del equilibrio que intentan mantener el intendente de Morón o Carlos Heller, otro con aspiraciones de candidato en la Capital. “No compartimos su postura, no aspiramos a ser uno de los brazos del pankirchnerismo”, responden cerca de Solanas. “No se puede ser ni opositor ni oficialista. Eso es, como decía Perón, ‘caca de paloma’: no tiene ni color ni olor”, ironizan.

Más difícil de conciliar parecen las posturas cuando Pino Solanas asegura que en cuestiones tales como la política petrolera el gobierno kirchnerista “profundizó lo hecho por Menem”. No menos crítico es sobre la gestión en transportes o la iniciativa del tren bala.

“Nosotros no tenemos prejuicios. Nadie ha dicho que Sabbatella o Heller no puedan estar en este espacio, pero los lineamientos son éstos”, subraya el propio Solanas.

Quien aún no definió su lugar pero también quiere jugar en 2009 es Aníbal Ibarra. En este caso un acuerdo no parecería tan complicado. Ibarra aceptaría apoyar a Solanas a cambio de un futuro respaldo a su candidatura a jefe de Gobierno porteño en 2011. Otra posibilidad es que el acuerdo sea a partir de la lista de legisladores de la ciudad. En caso de que ninguna de las dos posibilidades cuajen, entonces sí, Ibarra encabezaría su propia boleta: las encuestas aún lo muestran como uno de los pocos dirigentes porteños con un interesante caudal de votos propios. “No estamos para ir atrás de nadie”, puntualizan alrededor del ex jefe de Gobierno.

Ibarra, Heller y Bonasso aún mantienen en pie Diálogo por Buenos Aires, la iniciativa con la que concurrieron juntos en las últimas elecciones. La semana próxima mantendrán una reunión para definir su futuro y las perspectivas parecen complicadas. “Nosotros mantenemos la idea original que fue crear una fuerza autónoma del Gobierno y no confrontativa”, sostiene Heller. Pero Ibarra, desde el conflicto agropecuario, y Bonasso, luego del veto presidencial a la ley de Glaciares, se muestran decididamente en la vereda de la confrontación.

Heller continúa sus contactos con kirchneristas como Daniel Filmus y Cabandié; el titular de Cascos Blancos, Gabriel Fuks; el radical K Gustavo López, y socialistas como Susana Rinaldi y Raúl Puy en la búsqueda de una alianza.

Este complejo entramado no estaría completo sin mencionar al PJ porteño, que aspira a recrear al Frente para la Victoria y traccionar parte de los votos progresistas. Heller es uno de sus posibles candidatos, pero también mencionan otros más directamente vinculados al oficialismo, como los ex ministros Ginés González García o Rafael Bielsa. Pese a las críticas que desde el centroizquierda se le hacen al Gobierno, Víctor Santa María –titular del sindicato de encargados de edificio y con peso propio en el distrito– no descarta una boleta común. “Aquí la contienda es contra el macrismo; si vamos todos separados, le estaríamos haciendo el juego”, explica.

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